1. Conocerte a vos misma
Todas las relaciones deberían comenzar con el conocimiento y la aceptación de uno mismo. Esto implica tener claro qué te gusta y disgusta, así como ser capaz de comunicárselo asertivamente a tu pareja. En estos casos es conveniente establecer límites cuando vives una situación incómoda.
2. Debes ser inteligentemente responsable
Ser responsables en la intimidad significa ser asertivos y honestos con los deseos y sentimientos, a pesar de lo difícil que pueda ser comunicárselo a tu pareja.
3. Comprender que son personas independientes
Entender que tu pareja es una persona es completamente libre y en el amor necesita su propio espacio para satisfacer su deseo sexual, claro sin que rebase los límites del respeto. La idea es que no sientas que te pertenece porque es un ser individual.
Tampoco se trata de tomar decisiones unilaterales o ser egoísta, pero sí de tomar decisiones inteligentes.
4. Crear empatía con tu pareja
La empatía es la capacidad de reconocer, sentir o experimentar lospensamientos, sentimientos y estado de ánimo de tu pareja. Esto es esencial para construir su intimidad. Necesitas escucharlo con atención y no actuar a la defensiva.
5. Dale espacio a la imaginación
Estar conectados da espacio para el juego. El deseo no empieza con el sexo, sino con la imaginación y la sorpresa, con las actividades que son capaces de despertar el erotismo de tu pareja.
Un poco de “diversión” rompe con la monotonía debajo de las sábanas, aumenta la confianza y comunicación con tu pareja. Un excelente medio para lograrlo es conjuegos eróticos.
6. Explora tu cuerpo
Conocer perfectamente tu cuerpo hace que disfrutes más de la intimidad, pues sabes cuáles son tus zonas eróticas y al ser capaz de compartir esto con tu pareja, tu vida sexual es más placentera.
7. Mantén el interés por tu pareja
Interesarte en tu pareja es un aspecto importante de la felicidad erótica. Esto te lleva a descubrir cualidades o habilidades que desconocías. Es una manera de acercarte, crear empatía, reconocimiento y entendimiento con la persona que compartes la alcoba.