Pequeña: Tu carácter no es precisamente fuerte, te dejas influir por terceros, pues eso de tomar decisiones no se te da para nada, tu sello distintivo es la indecisión. Eres de las que se siente mal ante la mínima provocación y no es raro que te enfermes. Tu naturaleza preocupona siempre te juega malas pasadas.
Grande: ¡No sabes estar quieta! ¡Todo un torbellino! Eres hiperactiva, eso de quedarte sentada o acostada sin mover un solo dedo no es lo tuyo. Te gusta andar de aquí para allá y no hay quien te frene. Eres súper creativa y auténtica. La terquedad es lo tuyo, tienes un lado mega persistente y, una vez que se te mete algo a la cabeza, no hay poder que te lo saque de la mente.
Aguileña: Eres orgullosa, soberbia, este tipo de nariz denota impulsividad. Tener tacto no es lo tuyo y frecuentemente dices y haces lo primero que te dicta tu instinto, sin importarte las consecuencias.
Respingada: La sociabilidad no es algo que se de con facilidad, al contrario, prefieres estar en tu mundo y es común que optes por estar sola. Eres insegura y cuidas cada una de tus palabras por tu miedo a regalarla ante los ojos de los demás. A veces te pasas y eres muy dura contigo misma. Si te equivocas, te lo reprochas mil y un veces.
Chata: Te gusta hacer alarde de cada uno de tus logros, aprovechas hasta el mínimo chance para sacar algo en lo que te haya ido bien, interrumpes a los demás y crees que no hay tema más interesante que tú misma y todo lo que te sucede. Eres ególatra a full y una hipocondriaca de hueso colorado, así sea un mini dolor de cabeza, tú lo conviertes en migraña grado 3.
Recta: Tienes una gran confianza en ti misma, sabes lo que eres, lo mucho que vales y todo lo que puedes conseguir una vez que te lo propones. Te planteas metas y le echas todas las ganas del mundo para cumplirlas. Eres decidida y una líder nata.