El vaginismo es un problema sexual femenino que se origina cuando los músculos situados alrededor de la vagina se contraen de forma involuntaria impidiendo o dificultando en gran medida la penetración.
Esta condición causa molestias, dolores, ardores e incomodidad en el momento de mantener relaciones sexuales y puede desarrollarse tanto en mujeres jóvenes sin experiencia sexual, como en aquellas que cuentan con más años de experiencia. Normalmente, las causas que desencadenan el vaginismo son psicológicas, ya sea por traumas pasados o miedos ante mantener relaciones sexuales.
En primer lugar, es importante señalar que los síntomas del vaginismo y el grado de gravedad de esta disfunción sexual femenina puede variar de una mujer a otra dependiendo de cuáles sean las causas, su edad y la etapa de la vida en la que se encuentre. Por ello, es posible presentar todos los síntomas propios de esta condición o solo algunos de ellos.
Veamos a continuación cuáles son
Los principales síntomas del vaginismo y los más comunes son contracción involuntaria de los músculos vaginales, cierre de la vagina, dificultad o penetración imposible y dolor, ardor o picazón durante el coito.
Algunas mujeres que padecen vaginismo también pueden manifestar incapacidad para insertar un tampón en la vagina, así como dificultad para llevar a cabo un examen ginecológico completo. En cambio, otras llegan a tolerar estas prácticas pero no pueden mantener relaciones sexuales, ya sea porque la penetración resulta imposible o porque el coito se ve interrumpido por los dolores y la incomodidad que sienten.
Además, estos síntomas en algunos casos se manifiestan acompañados de espasmos en otros grupos musculares del cuerpo como en la zona lumbar o las piernas. Incluso puede darse el caso de respiración interrumpida al intentar mantener relaciones sexuales.
A nivel psicológico y emocional, el vaginismo suele provocar frustración en la mujer por el hecho de querer disfrutar de las relaciones sexuales y no poder lograrlo de manera satisfactoria. Asimismo, es habitual desarrollar ansiedad o tener palpitaciones en el momento de intentar tener relaciones, lo que hará que la mujer rechace y huya de estas situaciones.
En caso de indentificar cualquiera de los síntomas del vaginismo es fundamental ponerse en manos de nuestro ginecólogo para que nos examine con detenimiento. Esta condición requiere de un tratamiento específico a base de terapia psicosexual y de pareja, así como de una serie de ejercicios de relajación. Es importante tomar en cuenta que padecer vaginismo no significa no poder excitarse sexualmente, ya que pueden alcanzar el orgasmo mediante otras técnicas como, por ejemplo, la estimulación manual u oral clitoriana.