La vergüenza del propio cuerpo. Ojalá todas estuviéramos 100% conformes con nuestro cuerpo, pero lamentablemente nunca sucede. Cuando compartes la cama con un hombre te ves totalmente expuesta y no quieres que él vea eso que tanto no te gusta.
Estar sin depilar. Para la mujer no hay nada peor de que llegue un momento íntimo y no haberse depilado, ¿no es cierto? Tu chico seguramente no te dirá nada, aunque también puede pasarte que como te sientes tan apenada, te disculpas por no haberte depilado y él te diga que ni se había dado cuenta y que no le importa.
Mal aliento. ¿Comiste algo picante en la cena? ¿Tu chico parece no estar muy entusiasmado por tus besos? ¡Debe ser por tu aliento de dinosaurio! Si no quieres volver a pasar por este momento embarazoso, no comas comidas fuertes antes de la hora feliz y nunca olvides tener mentitas en tu cartera.
Que entre alguien en la habitación. Si tu tiempo de intimidad se ve truncado por alguien que abre la puerta de la habitación y te encuentra in fraganti, estarás pasando por un momento embarazoso que recordarás de por vida.
Un gas inesperado. Por algo es que el gas que se escapa está en el primer puesto. ¿A quién no lo ha pasado? Seguramente ahora te de risa leerlo, pero en el momento que te pasa sientes morir entre las sábanas y desearías tener una máquina del tiempo que te permita no comer eso que te produjo gases.