Si alguna vez te has preguntado qué falló con aquel novio y no encuentras explicación. Si crees saber qué cosas les gustan y les disgustan a los hombres y cuando menos te lo esperas él se distancia de vos y no entiendes por qué… Sigue leyendo.
El “tenemos que hablar”. A ellos les suena a amenaza, ambigua y peligrosa. Ven un cartel parpadeante de “reproche a la vista” y se ponen a la defensiva, porque intuyen que les va a caer encima una lluvia de recriminaciones por cosas que han hecho mal durante años.
Hablar mal de vos misma. Es decir, criticarte por todo, compararte con otras mujeres (y siempre para mal) y desvalorizarte. No mendigues su aprobación para dejar de sentirte insegura, ni le hagas preguntas incómodas como “¿Estoy gorda?” Solo conseguirás que te vea como alguien que no tiene confianza en sí misma, y eso no es nada sexy.
Los reproches. La amargura, el sarcasmo y la exigencia como formas de comunicarse con los hombres no funcionan. Si necesitas decirle algo, hazlo hablando de cómo te sientes en relación a su comportamiento, tratando de ser sincera y vulnerable si quieres que él también lo sea contigo. Si comienzas con el “Tú eres…” solo lograrás que se cierre por sentirse atacado.
La falta de claridad. Responder “No me pasa nada” cuando te pregunta por qué estás tan rara, y después hacerte la ofendida. Decir “No quiero regalos para San Valentín” y enfadarte cuando no te compra nada… A los hombres les sienta fatal, porque no saben qué pasa por tu cabeza. Si te creen cuando dices esas cosas, tú te enfadas. Y entonces ya no saben qué hacer o cómo complacerte. Solución: deja de intentar que te adivinen.
Hacerte la princesita. A todas las mujeres nos gusta que nos hagan sentir especiales. Y desde luego si él quiere conquistarte o ya está enamorado de vos, tendrá detalles románticos. Pero cuidado, no te pases de la raya y pretendas que él (y el mundo en general) te trate como si fueras un ser superior, más importante que otras mujeres o incapaz de hacer nada solita. ¡El papel de superhéroe acaba cansando!
Tratarlo como a tu mejor amiga. O sea, pretender que te acompañe de compras toda la tarde y además se sienta entusiasmado. Que se siente contigo a analizar durante horas el comportamiento de sus amigos en común. Que esté continuamente en contacto contigo ya sea hablando, por email o whatsapp. Recuerda que, por mucho que te quiera, es un hombre y se comporta diferente. Además, ¿no crees que todo eso es mucho más divertido hacerlo con tus amigas?
Volverte obsesiva. Desde luego, él agradecerá que te ocupes de las tareas domésticas. Es más, quizás ni se dé cuenta de que tú lo haces todo y con ello le facilitas la vida. Pero la cosa cambia cuando te conviertes en una maniaca de la limpieza y el orden, y le gritas por tumbarse en el sofá con los pies en la mesa. Se preguntará amargamente dónde se ha ido aquella chica divertida, sensual, despreocupada, sexy…
Descuidar tu aspecto. No, ellos no esperan que tengas un físico perfecto o te parezcas a las chicas de las revistas para hombres. Saben que esas fotos están retocadas para crear una ilusión. Pero sí esperan que te pongas guapa, que te cuides, que seas educada. Alguien de quien se puedan sentir orgullosos en público. Sí, las apariencias les importan en este caso.
Comportarte como si fueras su madre. Cuidado con esa tendencia tan femenina de querer cuidarle. Marcarle horarios, cambiarle la ropa, prepararle la comida para que se alimente de forma sana, etc. Tú lo haces por tu bien y con tu mejor voluntad, pero él comienza a sentirse como un niño y a verte como una madre. Así que luego no te quejes si tu vida sexual se va al garete…
Intentar “domesticarlo”. Toma buena nota, porque esto es, con diferencia, lo que más les irrita a los hombres y la causa de que te alejen de vos: no intentes cambiarle, modelar su conducta para que se adapte a lo que tú piensas, intentar que abandone sus sueños y sus amistades, que deje de ser él mismo. Lo pagarás muy caro, porque o bien le anularás como persona y te ganarás su eterno rencor o bien te dejará y se asegurará de no volver a estar con una mujer como tú.