1. “No existe el sexo sin amor”
La verdad es que el 99,9% de las mujeres ha fantaseado alguna vez en su vida con tener una aventura con un extraño o algún famoso. Por lo tanto lo del sexo sólo con amor, es ¡falso!
2. “Sólo me importa la personalidad”
Sin duda que el carácter de alguien es muy importante, pero la apariencia física también cumple un rol en la atracción. Si no te gusta físicamente tu media naranja, aunque tenga una personalidad increíble, es probable que aparezca el aburrimiento.
3. “El tamaño no importa”
Ésta es una de las típicas mentiras que “ellas” dicen para no bajarle el ego a sus parejas. No entraremos en mayores detalles con respecto al tema, sólo podemos decir que los extremos no gustan.
4. “El alcohol es un estimulante sexual”
Si bien beber alcohol nos pone más desinhibidos, el estar ebrio hace perder sensibilidad, por lo que llegar al orgasmo es casi imposible. Puede que la mujer esté más activa, pero no por eso disfruta más.
5. “Nunca he fingido un orgasmo”
Según estudios, entre un 80 y un 90% de las mujeres ha fingido llegar al clímax alguna vez. La razón: quieren complacer a sus parejas y mantener su seguridad.
6. “No me gustan las palabras sucias”
A muchas les da vergüenza reconocerlo, pero a la mayoría les gustan las frases eróticas. Obviamente depende del momento y de quién provengan.
7. “No tengo fantasías sexuales”
No sólo ellos tienen fantasías. Si la mujer no lo confiesa es probable que sea porque no tiene demasiada confianza con su pareja.
8. “Odio los juguetes sexuales”
A la mayoría de las mujeres les causa curiosidad las películas eróticas, los juguetes sexuales y los strippers.
9. “Eres el único que me hace sentir así”
Casi todas las mujeres tuvieron un ex al que amaron y disfrutaron tanto como con la actual pareja. Ellas dicen que no hubo “otro” que las hizo sentir igual antes porque así se ahorran las explicaciones y celos injustificados.
10. “Si quieres, yo quiero”
Muchas mujeres tienen relaciones sexuales sin desearlo sólo por complacer a la pareja y no por propio placer. Esta conducta se basa en el miedo a defraudar al otro.