Las deepfakes y las suplantaciones son el gran reto de la ciberseguridad moderna

Si aún no sabes de qué tratan, las deepfakes son contenidos audiovisuales manipulados mediante inteligencia artificial para imitar voces, rostros y gestos reales, que están sembrando dudas incluso en los ojos más entrenados.

Deepfakes: el peligro de la suplantación digital hoy
Deepfakes: el peligro de la suplantación digital hoy

Ya no hablamos de bromas o vídeos de famosos diciendo frases graciosas. Hablamos de estafas, fraudes financieros, manipulación de la opinión pública y daños reputacionales irreparables. Las deepfakes y las suplantaciones digitales ahora mismo son uno de los mayores desafíos actuales en materia de ciberseguridad. Pero ¿qué las hace tan peligrosas y qué podemos hacer al respecto?

¿Qué es exactamente una deepfake?

El término deepfake surge de la unión de “deep learning” (aprendizaje profundo) y “fake” (falso). Se refiere a técnicas que utilizan redes neuronales para crear vídeos, audios o imágenes hiperrealistas de personas diciendo o haciendo cosas que en realidad nunca han hecho.

Lo curioso es que cada vez se necesita menos tecnología para crear una deepfake convincente. Hay aplicaciones de uso doméstico que permiten a cualquier usuario generar un vídeo manipulando el rostro o la voz de otra persona en cuestión de minutos. Esto abre la puerta a que ciberdelincuentes utilicen esta tecnología para:

  • Suplantar identidades en videollamadas o mensajes de voz.
  • Engañar a empleados para obtener información confidencial (ataques de vishing o CEO fraud).
  • Crear pruebas falsas en conflictos legales.
  • Difundir noticias falsas con apariencia de veracidad absoluta.

Suplantación de identidad 2.0 más allá del robo de contraseñas

Si antes nos preocupábamos porque alguien accediera a nuestro correo o redes sociales, ahora hay una amenaza más sofisticada: que nos “clonen” digitalmente. En escenarios de trabajo remoto, una simple videollamada puede ser suficiente para que alguien nos convenza de que está hablando con su jefe o compañero, cuando en realidad está interactuando con una representación generada por IA.

Este nuevo nivel de suplantación, que combina elementos visuales y de voz, complica la detección de fraudes y genera incertidumbre incluso entre profesionales con formación en ciberseguridad.

Estrategias reales para frenar la suplantación digital

Frente a este panorama, el sector del casino online ha intensificado sus medidas de seguridad para prevenir fraudes por suplantación de identidad. Utilizan sistemas de verificación biométrica, como el reconocimiento facial y de voz, para confirmar que el usuario es quien dice ser. Además, implementan tecnologías de análisis de comportamiento que detectan patrones inusuales en las sesiones, como cambios bruscos en el modo de jugar o en la ubicación del acceso. Muchas plataformas también exigen verificaciones en tiempo real mediante videollamada o selfies con documentos oficiales, dificultando que una identidad clonada pueda superar estos controles.

¿Cómo puedes combatir esta amenaza?

El primer paso es entender que la ciberseguridad moderna ya no se limita a proteger redes y contraseñas. Ahora también debe identificar si lo que se ve y se escucha es genuino. Algunas claves para protegerse incluyen:

  • Concienciación y formación continua: tanto empleados como directivos deben aprender a detectar señales de alerta en vídeos y audios.
  • Verificación en dos pasos: ante solicitudes extrañas, siempre confirmar por otros canales (email, llamada directa, presencia física) como se hace para poder jugar a la ruleta online en Betfair.
  • Tecnologías de detección de deepfakes: cada vez hay más software especializado en analizar microexpresiones, errores de sincronía o artefactos visuales.
  • Revisión de protocolos internos: limitar la cantidad de decisiones críticas que pueden tomarse por videollamada o mensajes de voz.
  • Legislación y regulación: algunos países ya están implementando leyes específicas para sancionar el uso malintencionado de deepfakes.

Y el usuario, ¿está preparado?

Más allá de lo técnico, el reto también es humano. ¿Estamos educados digitalmente para desconfiar incluso de lo que vemos? ¿Somos conscientes de lo fácil que es caer en la trampa?

La mejor defensa es desarrollar una actitud crítica. Si algo parece demasiado perfecto, si una voz suena “ligeramente” robótica o si un gesto facial no encaja, toca sospechar. La intuición sigue siendo una herramienta poderosa… si sabemos escucharla.