Una profesional de la Ingeniería necesitará de mucho apoyo y fuerza interior para vencer los estragos emocionales que le causaron el divorcio y la separación de sus hijos; quienes al verla consumiendo alcohol y otras sustancias prefirieron irse a vivir con su padre.
El matrimonio de la ingeniera llegó a su fin en junio pasado después de 14 años en que la progresión de una mala relación y falta de comunicación, terminaron por persuadirla de que lo mejor era divorciarse.
Consumada la separación, la autoridad judicial le concedió a ella el cuido y crianza de su adolescente hijo y de una niña de siete años de edad.
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Episodios de violencia hacia sus hijos
No pasó mucho tiempo para que los conflictos retornaran con más fuerza a su vida, esta vez con el adolescente a quien abofeteó y ofendió verbalmente cuando él le reclamó por embriagarse y drogarse con pegamento, frente a la niña.
Como resultado del episodio ambos hermanos abandonaron el hogar de su mamá y se fueron con su padre.
La señora no es competente para ejercer el cuido y crianza de sus dos hijos… su apatía ante las prioridades de los hermanos no garantiza que les dé estabilidad emocional ni un buen desarrollo psicosocial, por ello no se descarta que haya ejercido violencia y ello la lleve a cometer acciones equivocadas, como ingesta de licor u otras sustancias como forma de canalizar sus sentimientos ocultos, plantea una valoración realizada por la psicóloga del Tribunal de Familia, licenciada Eynar Fuentes Toruño.
Las adicciones tomaron el control de su vida
El pasado 21 de agosto el Juzgado Cuarto de Distrito de Familia ordenó a la mujer que se sometiera a una prueba toxicológica durante la audiencia programada para resolver la ejecución de la sentencia, en el juicio que ella promovió después que los niños se fueron con su papá.
De forma provisional, el juez Cuarto de Distrito de Familia doctor José Ramón Barberena Ramírez ordenó que el cuido y crianza de los niños lo asuma el progenitor.
Dos meses después, el juez José Ramón Barberena Ramírez concedió el cuido y crianza provisional de los hermanos al progenitor, luego de escuchar las valoraciones sobre su estado psicológico e informar a la mujer que el Instituto de Medicina Legal encontró un porcentaje de alcohol en la prueba toxicológica que le aplicaron.
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No soy un monstruo
No soy ese monstruo que dicen que soy, no soy violenta, no soy un peligro y voy a hacer lo que tenga que hacer con tal de que ellos estén bien… aseguró la mujer en la audiencia en que la psicóloga expusó la evaluación que le practicó a ella, a sus dos hijos y a su ex marido.
Según la profesional de la psicología, el adolescente se muestra cansado, tenso y harto de estar cuidando a la madre; temeroso de que algo terrible ocurra en la familia y con un estado emocional afectado porque le ha tocado jugar un rol que no le compete.
En el caso de la niña, asegura que denota fatiga, inseguridad y tristeza, y explica que el hecho de no incluir a los padres en un dibujo que se le pidió hacer, indica un sentimiento de distanciamiento tanto físico como emocional, a causa de los conflictos vividos.
Ella señala a su hijo mayor
Pero para la mujer, el que tiene problemas emocionales y mal interpreta algunos hechos es su hijo solo porque un día la vio con un recipiente con pegamento en la mano, y creyó que ella estaba inhalando pega.
En la audiencia las partes solicitaron al juez José Ramón Barberena arrastrar la causa interpuesta por el papá en otro juzgado para reformar el cuido y crianza de su sus hijos, otorgado meses atrás a la mamá.
Además de justificar que el día que le pegó al adolescente fue porque delante de otros familiares éste le faltó al respeto diciéndole que era una borracha; la mujer asegura que es el papá de los niños quien los indispone contra ella y aunque admite que cuando estaba con su esposo sí tomaba, afirma que desde que se divorció dejó de hacerlo.
Su hijo la acusa por abusar de sustancias
A la psicóloga, el adolescente le dijo que un día entró al cuarto de su madre vio a su hermanita acostada en la cama y cerca de ella un tarro de pegamento que despedía un fuerte olor a la sustancia.
En la bañera, su progenitora babeaba y hablaba incoherencias, mientras hacía círculos imaginarios con la mano y repetía la palabra «partícula».
Me siento más seguro en lugares públicos que estar en la casa con ella, confió el joven a la licenciada Fuentes, quien durante la audiencia destacó el hecho de que los hijos de la pareja se niegan a relacionarse con su madre en la vivienda que habitaban, porque ese lugar les trae malos recuerdos.
De acuerdo a la experta, el adolescente sufrió problemas psicológicos y se cargó de emociones negativas, como miedo y ansiedad por la suerte de la madre.
Ahora que están con el papá se siente bien porque puede concentrarse en sus estudios y no tiene que estar pendiente de la mamá y la seguridad de su hermanita, relata acerca del cambio experimentado por los hijos de la pareja desde que abandonaron la casa de su mamá.
En tanto, el padre que también fue entrevistado, adujo que el problema de su expareja es el alcoholismo que la ha colocado en situaciones vergonzosas.
Es mi hijo quien me llama cuando ve que su mamá anda drogada, confió el hombre a la psicóloga.
En el caso de la niña, si bien quiere compartir más tiempo con su mamá, tampoco desea vivir con ella porque la regaña mucho y la maneja encerrada y sin permiso de jugar con otros niños de su edad.