Santos Orellana Hernández de 47 años se declaró culpable de haber contratado a un sicario para matar a su suegra y a su cuñado, quienes habitan en Las Lomitas de El Paraíso, en Honduras.
De acuerdo con las investigaciones de las autoridades, el sicario Gustavo Ramíres debía cometer el asesinato una vez se concretara el divorcio de Santos y su mujer.
El hondureño le ofreció unos 8,000 dólares para que mataran a los dos familiares.
El hondureño ordenó a Ramires que realizara los asesinatos a partir del 21 de abril de 2020, fecha en la que el divorcio sería definitivo.
A principios de junio, mientras estaba encarcelado, Orellana Hernández conspiró con otra persona para intimidar a Edith Argueta Vásquez en un intento de hacerla retirar la acusación de asesinato a sueldo.