En una operación que podría haber pasado desapercibida, una mujer canadiense fue arrestada en el aeropuerto de Auckland, Nueva Zelanda, al intentar introducir 10.2 kilos de metanfetamina en su equipaje de mano.
Lo que parecía ser una inocente bolsa de regalos navideños resultó ser un camuflaje maquiavélico, ya que las drogas estaban envueltas en papel rojo brillante con copos de nieve, simulando obsequios festivos.
El valor de la carga ilícita, estimado en unos sorprendentes 2 millones de dólares, fue descubierto durante un control rutinario de pasajeros procedentes de Vancouver. La mujer, que aún mantiene su identidad en secreto, enfrenta severos cargos por posesión e importación de drogas de clase A con la intención de distribuirlas, un delito que podría costarle años de prisión en Nueva Zelanda, donde el tráfico de sustancias es un crimen gravísimo.
El director de aduanas del aeropuerto de Auckland, Paul Williams, calificó este intento de camuflaje como “un clásico ejemplo” de las tácticas empleadas por los carteles internacionales.
A pesar del caos navideño, las autoridades no aflojaron la vigilancia ni un segundo, detectando la amenaza que muchos intentan esconder entre las festividades. “Estos grupos criminales cometen el error de subestimar nuestra capacidad de detección”, afirmó Williams con firmeza.
Este caso es solo un reflejo del creciente tráfico de drogas desde América del Norte hacia Nueva Zelanda, aprovechando el aumento de viajeros durante la temporada de fiestas. Mientras las autoridades intensifican sus esfuerzos para desmantelar estas redes, la mujer arrestada se enfrenta a las consecuencias de intentar hacer pasar la Navidad por un negocio sucio.
