A diez días del trágico deslave que sepultó una aldea completa en Guatemala, las autoridades de rescate elevaron ayer a 273 la cifra de muertos y 267 las personas desaparecidas un día después que la cifra había sido rebajada a 40 por rescatistas en la zona del siniestro.
La tragedia ocurrió la noche del 1 de octubre cuando un desprendimiento de tierra por las lluvias cayó sobre la comunidad de El Cambray II. Unas 184 viviendas quedaron soterradas, según la Conred.
Para encontrar a más víctimas, cientos de socorristas trabajaron el fin de semana en las tareas de remover toneladas de tierra y escombros, y hoy una comisión integrada por representantes de varias instituciones definirá que sucederá con el lugar.
Una de las posibilidades es declararlo cementerio. En paralelo, el Gobierno analiza adónde construirá un proyecto de viviendas para trasladar las familias afectadas.