Al menos 100 migrantes, 10 de ellos menores de edad se ahogaron cuando un bote que abordaron en el Líbano se hundió frente a la costa Siria, en lo que consideran el peor naufragio de este tipo en los últimos años.
Líbano, que desde 2019 está sumido en una crisis financiera calificada por el Banco Mundial “como una de las peores de los tiempos modernos”, se ha convertido en un trampolín para la inmigración irregular rumbo a Europa, que no deja de cerrar las puertas.
Unas 150 personas, en su mayoría libaneses y sirios, iban a bordo del pequeño bote que se hundió el jueves pasado en el mar Mediterráneo frente a la ciudad siria de Tartus.
Tartus es el más meridional de los principales puertos de Siria, ubicado a unos 50 kilómetros al norte de la ciudad portuaria de Trípoli, en el norte del Líbano, donde abordan los pasajeros.