Reconocido astrofísico asegura que la Estrella de Belén era algo más

El astrofísico Grant Mathews, quien trabaja como profesor de Astrofísica Teórica y Cosmología en la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos), lleva estudiando durante más de una década a la Estrella de Belén y asegura que no era una estrella.

La Biblia dice que unos Magos de Oriente acudieron a Belén a adorar al recién nacido niño Jesús tras ser guiados por una estrella, la cual se ha convertido en un venerado ícono religioso de los Cristianos durante un poco más de dos milenios, expresada a través de obras de arte y en los nacimientos.

¿Una estrella, una supernova, una conjunción planetaria?

Mathews tiene la hipótesis que la famosa estrella de Belén que guió a un grupo de sacerdotes zoroastrianos de Mesopotamia (Los Reyes Magos) fue en realidad un producto visual de un extraño alineamiento planetario que ocurrió alrededor del año 6 a.C.

El Sol, Júpiter, la Luna y Saturno se hallaban en la constelación de Aries; Venus se encontraba en la vecina Piscis; y Mercurio y Marte en la de Tauro. Además el Sol estaba en el primer punto de Aries, es decir, que el suceso ocurrió en pleno equinoccio de primavera. Erróneamente se cree que Jesús nació en invierno pero en realidad fue una invención de hace pocos siglos atrás.

La presencia de Júpiter y La Luna siginficaban el nacimiento de un nuevo líder con un destino muy especial. Saturno era símbolo de vida, al igual que la situación de Aries en el equinoccio de primavera. El hecho que el alineamiento ocurriera en Aries significaba que alguien muy importante acababa de venir al mundo.

«Los magos podrían haber visto este fenómeno y reconocer que simbolizaba el nacimiento de un gran líder en Judea,” dice Mathews, quien estimó que el próximo alineamiento parecido ocurrirá en 16,000 años sin que el equinoccio de primavera esté en Aries. El agregó que un alineamiento como el ocurrido en Belén hace dos milenios no volverá a verse hasta dentro de medio millón de años.

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