Se trata de los paracaidistas Luke Aikins y Andy Farrington quines se lanzaron a poner en marchar el reto Plane Swap, la última “locura” organizada que llevaba desarrollándose durante los últimos 10 años.
El evento se celebró en Arizona, Estados Unidos. Cada piloto iba en un Cessna 182 a 14.000 pies, 4.000 metros de altura para luego ponerlo en caída vertical (con una velocidad de descenso controlada de 225 km/h) y al saltar en el aire (el avión se quedó sin tripulación durante unos segundos) e intentar cambiar de avión.
El reto debía desarrollarse en menos de un minuto. Luke Aikins logró salir de su avión y entrar en la cabina del otro aeroplano. Andy Farrington no lo consiguió.
Al no poder acceder al otro avión, finalmente debió activar su paracaídas. El avión, sin piloto, acabó dañado al chocar contra el suelo.