La mutilación y asesinato de personas con albinismo aumentó durante la pandemia de COVID-19, debido a la creencia de que el uso de sus partes corporales son “pociones mágicas” que pueden traer buena suerte y riqueza.
«Trágicamente, la mayoría de las víctimas fueron niños», señaló el informe de las Naciones Unidas.
El albinismo es una condición rara, genéticamente heredada, e independiente de la etnia o el género. Con mayor frecuencia resulta en la falta de pigmento de melanina en el cabello, la piel y los ojos, causando vulnerabilidad a la exposición al sol.
La apariencia física de las personas con albinismo es a menudo objeto de creencias erróneas y mitos influenciados por la superstición, que fomentan su marginación y exclusión social, según la ONU.