El ciudadano estadounidense Keon Myers, de 38 años, oriundo de Carolina del Sur, se quitó la vida momentos después que su hijo de 2 años murió tras descubrir accidentalmente su arma pegándose un tiro.
La mamá del menor llamó inmediatamente al 911 y cuando los policías llegaron a la vivienda encontraron al desconsolado hombre con un arma en su mano y amenazando con dispararse el mismo. A pesar que le ordenaron que la soltara éste se propinó un balazo en la cabeza.
Por su parte las autoridades anunciaron que investigaran si el papá y su hijo murieron por la misma arma, y si ésta fue comprada legalmente.