La Corte Suprema de Justicia de Gran Bretaña autorizó hoy a los médicos para desconectar, en contra de la voluntad de sus padres, las máquinas que mantienen con vida a un bebé de 8 meses que sufre una rara enfermedad genética.
El bebé llamado Charlie tiene una forma de enfermedad mitocondrial que causa el debilitamiento progresivo de sus músculos y daña su cerebro.
Durante el juicio una doctora declaró que el niño ya no oye ni se mueve y que está sufriendo innecesariamente. Al momento del veredicto los padres estallaron en llanto y gritaron «no».
Y es que ellos habían logrado recoger, a través de una campaña pública, un total de 1.2 millones de libras para llevar al bebé a Estados Unidos y someterlo a un proceso experimental. Sin embargo los doctores del Hospital Great Ormond Street de Londres consideraron que ya no había nada que hacer.
Descansa en paz lindo angelito.