El joven Piyawat Harikun, de 17 años, falleció de un derrame cerebral de tanto jugar videosjuegos en Udon Thani, Thailandia.
Según relatan sus padres, era tanta la obsesión de Piyawat por los videojuegos que no salía nunca de su cuarto, hasta que lo encontraron colapsado en la silla en donde solía jugar.
Médicos se presentaron hasta la casa del fallecido pero cuando llegaron ya no había nada más que hacer ya que había pasado varias horas jugando con varios ‘gamers’ del mundo.
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