El huracán Ian, una de las tormentas más fuertes y destructivas de la historia estadounidense, se ha degrado a ciclón post-tropical por Carolina del Norte y Virginia, tras provocar al menos 77 muertes en Florida, según el último balance de las autoridades.
Pese a debilitarse, sigue dejando a su paso peligrosas inundaciones, además de una estela de destrucción y cortes eléctricos que dificulten los rescates.
Ian, que azotó Florida el miércoles con vientos de 120 millas por hora, se degradó a ciclón post-tropical tras atravesar Carolina del Sur, y se esperaba que se debilite a medida que avance por Virginia en dirección norte.
Pero sigue arrastrando vientos de hasta 35 millas por hora, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).