Siete integrantes de los llamados cascos azules de la Organización de Naciones Unidas (ONU) murieron y otros 3 resultaron heridos por la explosión de una bomba en la región de Bandiagara, en el centro de Mali.
Los militares se trasladaban en un convoy logístico, que había partido desde la localidad de Douentza con rumbo a Sévaré, cuando explotó un artefacto de fabricación casera que se encontraba sobre el camino.
Las nacionalidades de las víctimas no fueron dadas a conocer por esta organización internacional.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, condenó el ataque y lo catalogó como uno de los más fatídicos de este año. Además ofreció las condolencias a las familias de los fallecidos.
La Misión de la ONU en Mali (MINUSMA) fue establecida en el año 2013 y cuenta con un personal de 13,289 militares, 1,920 policías y 1,161 civiles de diferentes nacionalidades.
Mali ha enfrentado dos golpes de Estado en menos de un año y no controla extensas zonas del país principalmente en el norte y el centro de su territorio.