«Es mágico y bastante asombroso», fueron las palabras de la duquesa de Sussex al presentar al mundo a su recién nacido, el octavo bisnieto de Isabel II y séptimo en la línea de sucesión al trono británico.
El bebé, que pesó 3,3 kilos y que aún no tiene nombre, es el primer hijo de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, y el cuarto nieto del príncipe Carlos, heredero de la corona británica.
«Tengo a los dos mejores chicos del mundo, estoy realmente feliz», afirmó la duquesa de Sussex desde el gran salón de San Jorge del castillo de Windsor, a las afueras de Londres.
«Tiene un temperamento muy dulce, es bastante tranquilo», dijo la antigua actriz estadounidense, a lo que el duque de Sussex añadió, entre risas, que no sabía de quién sacaba esa tranquilidad.
El príncipe Enrique, que intercambiaba miradas con su mujer mientras presentaba al recién nacido a los fotógrafos, resaltó que espera pasar momentos especiales con el niño a medida que crece.
A diferencia de los duques de Cambridge, los de Sussex han decidido no comparecer ante los medios con el bebé en brazos el mismo día del nacimiento, una señal de que han optado por preservar la intimidad y evitar un gran despliegue de cámaras y fotógrafos.
El pequeño, el primer mestizo que nace en el seno de la familia real dado que la madre lo es, figura como séptimo en la línea sucesoria después de su padre, sus tres primos (Jorge, Carlota y Luis), su tío (Guillermo) y su abuelo (el príncipe Carlos).