Dos de los cinco nicaragüenses acusados del delito de trata de personas con fines de explotación sexual en Costa Rica, fueron reconocidas por sus víctimas en el inicio del proceso judicial realizado en el Tribunal de La Fortuna de San Carlos, Costa Rica.
El Ministerio Público indicó que el hombre y las cuatro mujeres detenidas por el delito de trata de personas, estarán en prisión preventiva hasta marzo del 2017, cuando la Fiscalía solicite la prórroga de la medida cautelar.
La banda de explotadores sexuales, compuesta en su mayoría por una familia originaria del departamento de León, Nicaragua, fue desarticulada el 2 de septiembre en dos bares de la Fortuna, de San Carlos, zona norte de Costa Rica.
Según las autoridades ticas, la organización era liderada por una pareja de hermanos de apellidos Rivera Carrión, la mujer de 39 años, es nica naturalizada costarricense, y el hermano de 37, tiene cédula de residencia en Costa Rica.
Además están la hija de la líder, también de apellidos Rivera Carrión, de 22 años y naturalizada costarricense; así como dos mujeres de apellidos Hernández González y Hernández Valle, una de ellas esposa de Rivera Carrión, quienes estaban ilegales en Costa Rica.
La fiscalía detalló que en los tres bares fueron encontradas 30 mujeres, 14 de ellas víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual, de las cuales 11 son nicaragüenses, dos ticas y una dominicana, quienes eran drogadas para que rindieran más sexualmente.