Con rostro fuerte, aunque con voz melodiosa y trato dulce, diariamente doña Marta Elena Martínez Oporta, de 53 años de edad, habitante del barrio Monimbó de la ciudad de Masaya, recorre más de 5 kilómetros en Managua, para ofrecer panes, postres, cereales y otras degustaciones que garantizan el alimento y la educación de sus hijos.
“Hace unos 30 años, cuando me quedé sola con mis cuatro hijos, una señora me dijo: Martita vendé pan, y así no tienes que depender de nadie y puedes darle de comer a tus niños”, recuerda la madre y trabajadora por cuenta propia, Marta Elena Martínez.
La venta de pan de molde, con ajo, de barra, picos, arroz con leche, pío quinto, enchiladitas, pinolillo, churritos, entre otros, le ha permitido que sus hijos se profesionalicen en una carrera de vocación.
Una de sus hijas, se graduó en pedagogía, otra en la especialidad de Banca y Finanza, y el “cumiche” cursa el tercer año de comunicación en una universidad de la ciudad de Managua.
Sus ventas las realiza desde el Edificio Radiopolis, donde le cumple los gustos al colectivo de Tu Nueva Radio YA, y emisoras hermanas, luego llega al hospital Bautista, la siguiente venta en los tramos del Mercado Oriental, y concluye en el Colonia El Periodista.
Afirma que el pan sabroso que ofrece, se los compra a los panificadores de la ciudad de Las Flores, mientras que los postres y antojos los prepara ella y sus hijos.
En el mes de las Madres Nicaragüenses, la abnegada madre trabajadora, Marta Elena Martínez Oporta, recomienda a las mamás jóvenes, que trabajen para salir adelante con sus hijos.