Víctima de su adicción al guaro murió este sábado el borrachito Francisco Javier Ochoa, de 38 años de edad, quien dio el barquinazo frente a la casa de un amigo de pikinyukis, ubicada en la Villa Camilo Ortega, en el municipio de Santo Tomas del Norte, en Chinandega.
Amigos de tragos dijeron que a Francisco Javier los médicos ya le habían prohibido beber guaro, pero a él le valió “un pepino” y siguió empinando el codo hasta que “la Flaca” se lo llevo.
El cadáver del borrachito fue entregado a su familia que lo velo y enterró en la comunidad Canizalez, en Santo Tomas del Norte, de donde era originario.