Japón puso en órbita el miércoles un explorador espacial en un viaje de ida y vuelta de seis años para hacer un cráter en un remoto asteroide y recoger muestras de dentro que se espera ofrezcan pistas sobre el origen de la Tierra.
Se espera que la nave alcance el asteroide en 2018 y pase unos 18 meses estudiándolo antes de regresar en 2020.
Hayabusa2, un módulo rectangular con dos conjuntos de paneles solares que salen de sus lados, fue lanzado desde el Centro Espacial de Tanegashima, en el sur de Japón. La unidad principal mide 1 x 1,6 x 1,4 metros y pesa alrededor de 600 kilogramos.
La investigación incluye disparar un proyectil contra el asteroide para que la explosión abra un cráter de forma que el explorador puede recoger muestras de rocas de su interior.
La agencia espacial japonesa dijo que Hayabusa2 explorará el origen del agua de mar y cómo se formó el planeta Tierra.