El telescopio espacial estadounidense Spitzer (SST por su sigla en inglés) reveló un raro ejemplo de explosión tipo Ia, en el que una estrella muerta se alimentaba de una vieja estrella como un zombi cósmico.
Los resultados ayudarán a los investigadores a reconstruir cómo se producen estos eventos potentes y diversos. «Es un poco como ser un detective», dijo Brian Williams de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por su sigla en inglés) en Greenbelt, Maryland (noreste) autor principal de un estudio presentado a la revista Astrophysical Journal. «Buscamos pistas en los restos para tratar de averiguar lo que pasó, a pesar de que no estábamos allí para verlo».
Las supernovas son fábricas esenciales en el cosmos que producen metales pesados como el hierro contenido en la sangre. Las supernovas de tipo Ia tienden a estallar de manera consistente, y por lo tanto se han utilizado durante décadas para ayudar a los científicos a estudiar el tamaño y la expansión de nuestro universo.
En los últimos diez años aumentaron las evidencias de que las explosiones se desencadenan cuando dos enanas blancas que orbitan entre sí colisionan, con una notable excepción.
Nuevas observaciones de Spitzer han encontrado ahora un segundo caso de un remanente de supernova que se asemeja a Kepler. Llamado N103B , de cerca de mil años de edad, este remanente de la supernova se encuentra a 160 mil años luz de distancia en la Gran Nube de Magallanes , una pequeña galaxia cercana a nuestra Vía Láctea, informa la NASA..»Es como el primo mayor de Kepler», dijo Williams.
Explicó que N103B, aunque algo mayor que los restos de la supernova de Kepler , también se encuentra en una nube de gas y polvo que se cree que fue dejada por una estrella compañera mayor. La región alrededor del remanente es extraordinariamente densa», dijo.