EE.UU. se toma muy en serio la amenaza de los asteroides: para hacerle frente dará una segunda vida a las ojivas nucleares que deberían ser desmanteladas, informa el diario ‘The Wall Street Journal’.
Las ojivas nucleares en desuso han recibido un soplo de esperanza: el desmantelamiento de sus componentes con uranio enriquecido programado para el próximo año ha sido pospuesto ‘sine die’. El argumento es que están esperando «una evaluación por parte del Gobierno de alto nivel desde el punto de vista de su posible uso en la defensa planetaria contra asteroides potencialmente peligrosos». La información venía ‘escondida’ en un informe de abril de 67 páginas elaborado por la Oficina Gubernamental de Cuentas sobre la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, que gestiona el arsenal estadounidense de armas atómicas y al que ‘The Wall Street Journal’ ha tenido acceso.
Ya en 2007, la NASA presentó sus propuestas para combatir la amenaza cósmica en la Conferencia de Defensa Planetaria, celebrada en Washington. El plan ofrecía diferentes soluciones, incluido el uso de armas atómicas. Según los investigadores estadounidenses, la fuerza de las explosiones podría proporcionar suficiente impulso para desviar el asteroide. Los explosivos nucleares contaban, en su argumentación, con la ventaja de ser más eficaces gracias a la mayor cantidad de energía que producen.
Después de que un meteorito de unos 17 metros de diámetro cayera inesperadamente en febrero de 2013 cerca de la ciudad rusa de Cheliábinsk y su ola expansiva dañara numerosos edificios de la zona y dejara centenares de heridos, aumentó la atención internacional sobre los problemas de defensa del planeta ante agentes cósmicos. Sin embargo, la idea de disparar armas nucleares contra los asteroides para hacerles cambiar de trayectoria no parece bien elaborada por el momento.
Un aspecto del problema es cómo evitar que la explosión atómica afecte a la Tierra y que los restos de doble reactividad (una ‘natural’ y otra procedente del impacto de una ojiva nuclear) no acaben en su superficie. Otro es cómo trazar e identificar los cuerpos celestes potencialmente peligrosos a tiempo. El inspector general de la NASA, Paul Martin, acaba de alertar del pésimo estado del sistema de defensa contra asteroides: solo ha detectado el 10% de los objetos cercanos a la Tierra a pesar de haberse marcado un objetivo del 90% para 2020.