Grandes volcanes, como la caldera en el parque nacional de Yellowstone en Wyoming, EEUU, representan un peligro más grande para la vida humana que los terremotos o los asteroides, y son esencialmente una bomba de tiempo propensa a estallar en los próximos 80 años.
A esto se le suma que actualmente la Tierra está experimentando una «temporada volcánica” de creciente actividad, según científicos de la Fundación Europea de la Ciencia, citados por el diario inglés Express.
Una erupción gigante en Yellowstone, EEUU, el Monte Vesubio en Italia o el Popocatépetl en México, no sólo mataría a millones de personas, sino que también afectaría el clima planetario y la producción mundial de alimentos.
Yellowstone, aunque no es una formación volcánica tradicional, es tan peligrosa como los otros. La «caldera» son los restos de una erupción anterior y un nuevo evento podría acabar con el oeste de Estados Unidos.
Una gran erupción en cualquier de estos súper volcanes podrían hacer más daño que el que podrían provocar en 1.000 años la actividad humana y el calentamiento global, según el informe de la Fundación Europea de la Ciencia «Geo-peligros Extremos: La reducción del riesgo ante desastres y el aumento de la mitigación”.
Además, no hay planes de contingencia para una gran erupción volcánica, a como los hay para los huracanes y los terremotos, ya que se producen con mucha menos frecuencia.
«Aunque en las últimas décadas, los terremotos han sido la principal causa de muertes y daños, el principal riesgo global lo representan las grandes erupciones volcánicas, que son menos frecuentes pero mucho más devastadoras que los terremotos más grandes», dice el informe.
«Debido a sus efectos de largo alcance sobre el clima, la seguridad alimentaria, el transporte y las cadenas de suministro, estos eventos tienen el potencial de desencadenar un desastre global», indica el informe.
«El costo de la respuesta y la capacidad de responder a estos eventos está más allá de las capacidades financieras y políticas de cualquier país en particular”.