Un equipo de especialistas de EE.UU., liderado por Oriana Aragon de la Universidad Yale, asegura haber detectado por qué lloramos cuando somos felices o por qué nos reímos cuando estamos muy nerviosos. Los humanos tenemos «límites emocionales», insisten Aragon y sus colegas, según recoge la revista ‘Association for Psychological Science’.
Cuando sentimos que nuestra tristeza o alegría está llegando a un nivel no imaginable y que nuestros cuerpos están a punto de estar abrumados fisiológicamente, se desencadena una emoción incongruente. Esto ocurre para equilibrar las cosas, asegura Aragon. En otras palabras, el lanzamiento de una emoción opuesta permite regular emociones y restaurar el equilibrio emocional, manteniendo sus sentimientos intensos bajo control.