Mientras el 4G todavía no terminó su cobertura en América Latina, en otras regiones delinean la generación que la va a reemplazar. Esperan que esté disponible en 2020
La quinta generación de redes de comunicación para sistemas móviles, o 5G, promete traer consigo súper velocidades para el streaming en alta definición o 4K y la posibilidad de descargar archivos en apenas segundos.
Esto sería posible porque el servicio de 5G le ofrecerá a los usuarios una velocidad de navegación de 10 Gbps, 100 veces superior a la capacidad de las redes actuales. Y además permitiría conectar a la red a 100.000 millones de aparatos, entre teléfonos celulares, computadoras, tablets y toda clase de dispositivos móviles.
Pero a pesar de que países como China, Alemania y Corea del Sur ya están trabajando en esta innovación, la quinta generación de transmisión de datos recién estará disponible en el mercado hacia el año 2020, según la estimación de la mayoría de las empresas que desarrollan la misma.
Joe Kelly, vicepresidente global de comunicaciones de Huawei, destacó que la compañía china ha invertido 600 millones de dólares en el desarrollo de su sistema 5G. Un gigantesco desembolso por el que espera poder adelantarse a sus competidores y tener listo su servicio para el año 2018.
De acuerdo con la opinión de los analistas, superar el umbral del 4G provocará que la capacidad de procesamiento de cada dispositivo se transforme en algo secundario. Esto se debe a que los gadgets más sencillos podrían realizar tareas complejas con tan sólo conectarse a máquinas más poderosas y dejando que éstas hagan el trabajo por ellos.
Efectos colaterales
La implementación del 5G podría abrirle el camino a ideas muy ambiciosas, como por ejemplo la del automóvil de Google que se maneja solo.
Si bien en la actualidad es imposible que la computadora del vehículo reciba y procese todos los datos que necesita para conducirse sola de manera segura, una conexión 100 veces más rápida sí lo haría posible.
Además, la reproducción de imágenes a través del streaming pasaría a ser de ultra alta definición y esto le abriría el camino al concepto de «ciudades inteligentes», según publica el periódico El Tiempo.
Las smart cities serían capaces de, por ejemplo, monitorear el tránsito en sus calles y ajustar el funcionamiento de los semáforos. O predecir el comportamiento de una multitud e, incluso, detectar patrones anormales de individuos que puedan planear actos violentos.