En la casa de Doña Mirna Pérez, en el barrio Manuel Olivares, desde muy temprano se repartió comida, bebidas, juguetes y panas celebrando el Dogma de la Inmaculada Concepción.
La familia amaneció cocinando desde las 4 de la mañana dos peroles de arroz y pollo con papa para obsequiar a los vecinos a la hora de la tiradera de pólvora este mediodía, comentó Doña Mirna.
La tradición es regalar 200 nacatamales con su cafecito a primeras horas y a las 12 en punto 300 platos de arroz y pollo, expresó la devota.
La fiel católica dijo que el motivo de su celebración nació hace 16 años cuando su nieto Luis Antonio Gaitán López, estaba complicado de salud, al llevarlo al hospital ya casi muerto le pidió a Dios y a la Virgencita que le hicieran el milagro de salvarlo.
Al ingresar al centro hospitalario Luis Antonio quien ahora tiene 20 años de edad volvió a respirar, expresó Doña Mirna.
Es en agradecimiento al milagro que le hizo a su familia la Inmaculada Concepción que la gorra de alimentos la preparan con mucho cariño, alegría y amor para compartir con las personas que asisten, manifestó la carismática mujer.