Con la presencia de centenares de fieles católicos, el Cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano ofició este Jueves Santo en la Catedral Metropolitana de Managua, la Misa Crismal que abre el Triduo Pascual y conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús.
Durante el oficio religioso se rememoró la agonía y oración de Jesús en el huerto de los olivos, la traición de Judas y el prendimiento del hijo de Dios.
En la misa se consagró el Santo Crisma, se bendijeron los óleos que se emplearán en las parroquias para el Bautismo, Unción de los Enfermos y Confirmación, mientras que los presbíteros y diáconos de la arquidiócesis renovaron los votos y promesas realizadas ante la Santa Iglesia el día de su ordenación.
En alusión a lo que dijo el papa Francisco acerca de que los sacerdotes no pueden ser «pastores con cara de vinagre, quejosos ni, aburridos” el Cardenal Leopoldo Brenes destacó la importancia de “Tener a Cristo como el centro de nuestra vida para que haga de nosotros sacerdotes alegres”.
Asimismo exhortó a las familias a llevar una vida sencilla, a comprometerse con Jesucristo, María y su Iglesia, a tener misericordia y apartarse de la chismografía.
Durante la ceremonia religiosa, el Cardenal Brenes también recordó el cariño del Papa Juan Pablo Segundo para el pueblo de Nicaragua y su nombramiento como Arzobispo.