Santo Domingo de Guzmán, Nació en Caleruega, España, en 1170. Su padre, Félix de Guzmán, noble acompañante del Rey. Su madre era la Beata Juana de Aza de quien Domingo recibió su educación primera.
A sus seis años fue entregado a un tío, arcipreste, para su educación literaria, a los catorces años fue enviado al Estudio General de Palencia, el primero y más famoso de toda esa parte de España.
El joven Domingo se entregó de lleno al estudio de la teología, en esos tiempos se vivían las continuas guerras contra los moros y entre los mismos príncipes cristianos.
Ante esta guerra de hambre, Domingo se compadeció profundamente de los pobres y les fue entregando sus pertenencias, hasta quedarse sin nada. Al extremo de venderse como esclavo para rescatar a un esclavo.
El acto de solidaridad, Domingo conmovió a la ciudad de Palencia de manera que se produjo un movimiento de caridad y se hizo innecesario venderse como esclavo.
En ese movimiento, surge la vocación para la Orden de predicadores, fundada años más tardes por el mismo Domingo y aprobada hasta el 21 de enero de 1217, por el Papa Honorio III.
A sus 25 años de edad, Domingo es ordenado Sacerdote, se entrega de lleno a la vida apostólica, viviendo de limosnas, que a diario mendigaba.
Primero contemplar, y después enseñar, eran una de las frases de Domingo, quien recibe formación teológica, por el discípulo con lumbrera más grande que haya tenido la iglesia universal: Santo Tomás de Aquino.
Recibe el Santo Rosario por la Virgen María
Ante la misión de los Dominicos, predicar para llevar almas a Cristo, encuentra auxilio por la Virgen María, donde según la tradición que se encuentra respaldada por documentos pontificios. La Virgen le revela el Rosario, como arma poderosa para ganar almas.
El hombre de gran alegría y del buen humor, murió en Bolonia el 6 de agosto de 1221. Fue canonizado por Gregorio IX en 1234. Quien en el acto de santificación, el Papa dijo: «De la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo».