El tomador consuetudinario Antonio Hurtado Solano, de 60 años de edad, falleció de forma repentina cuando se encontraba de la escuela Angélica Robleto tres cuadras al norte en el barrio la Bombilla de la ciudad de Boaco.
De acuerdo a la forense, doctora Carolina Aguinaga, don “Toño” murió como consecuencias de un fulminante infarto cardiaco.
Yamileth de los Ángeles Hurtado Mendoza, 33 años, trasladó el cuerpo de su padre a su casa situada en la comarca Paso de las Lajas en donde después de velarlo, procedería a enterrarlo en el cementerio municipal de Boaco.