Su arma de reglamento calibre 38 se le llevaron en el saco, tamales desconocidos a José Tomas Lacayo, de 66 años, mientras estaba en sus horas laborales como guarda de seguridad en una zona residencial capitalina.
Todo tembeleque y con el corazón acelerado, don José Tomás Lacayo, fue llevado a la estación uno de policía por el apoyado por el supervisor de turno de la Empresa Security Plus, para interponer la formal denuncia.
Una vez en la estación policía, don José Lacayo salió con el “cuento flojo” de que uno de sus conocidos de la zona, le llevó un refresco y minutos después empezó a ver estrellitas hasta quedarse dormido, por los que autoridades policiales investigan a profundidad el caso.