Este fin de semana, fue repatriado a Managua el cadáver del niño Ángel Ariel Escalante Pérez, de 12 años, quien falleció tras haber sido supuestamente lanzado por pandilleros a un barranco de 125 metros de profundidad, desde el puente Belice, después que se negó a matar al conductor de un bus, en la zona 6 de la capital guatemalteca.
Luis Escalante y su esposa Claribel Pérez, padres de Ángel Ariel, informaron que su hijo desapareció desde el 18 de junio cuando salió hacia la escuela y lo encontraron dos días después en la cima de un árbol, en el profundo barranco, de donde fue rescatado por los bomberos.
Al momento de ser encontrado, el menor estaba consciente, pero presentaba fracturas del cráneo y ambas piernas, y presuntamente logró decir que unos pandilleros lo secuestraron al salir del colegio para matarlo, por negarse a matar al chofer de un bus.
Presuntamente el niño dijo que le dieron la opción de ser descuartizado o ser lanzado desde el puente Belice, una caída de la que nadie sobrevive, y él escogió que lo tirarán al vacío.
Aunque logró sobrevivir durante 16 días, lamentablemente la tarde del sábado falleció en el hospital San Juan de Dios, de la capital chapina, donde estuvo internado.
Al declarar a los medios guatemaltecos, Luis Escalante, padre del menor, negó que el niño haya sido víctima de los pandilleros, pero los bomberos afirmaron que él niño les dijo eso al momento del rescate, por lo cual las autoridades chapinas están investigando las dos versiones.