El peruano Janh Enrique Ávalos Ramírez, de 43 años, fue deportado de Nicaragua a Guatemala, a solicitud de la INTERPOL, que lo buscaba por ser cabecilla de una banda de sicarios que asesinaron al empresario de seguridad privada, Byron Giovanny Andrade Salazar, de 52 años, en un complejo deportivo en la zona 10 de la capital chapina en junio del 2011.
Ávalos Ramírez también se hacía llamar Enrique García Pérez y es sindicado de los delitos de asociación ilícita, asesinato y asesinato en grado de tentativa.
El Tribunal A de Mayor Riesgo de Guatemala, ya procesó a otros ocho involucrados en el crimen, quienes fueron condenados a penas de entre 23 y 41 años de prisión.
En tanto la esposa del empresario, Mónica de Jesús Rivas Gil, señalada en un primer momento de haber pagado a los sicarios para que mataran a su marido, fue liberada al no lograr comprobarse su culpabilidad.
Se presume que el crimen fue cometido para apoderarse de una fortuna de Giovanny Salazar calculada en unos 40 millones de Quetzales.
En el crimen del empresario participaron los escoltas del empresario, quienes estando en el lugar, lo dejaron solo para que los sicarios cometieran el crimen e hirieran a Byron Giovanny Andrade Chacón, hijo de la víctima.
Tras el crimen, el peruano Janh Enrique Avalos Ramírez, huyó de Guatemala e ingresó por un punto ciego a Nicaragua, donde la Policía Nacional, logró localizarlo en el 2016 y fue puesto en proceso su deportación conforme a los acuerdos entre Nicaragua y Guatemala.