Entre llantas Doña María del Carmen Martínez, de 64 años de edad, rompe un paradigma con la vulcanizadora que ella misma atiende, ubicada del cine Cabrera cuadra y media abajo en el barrio Boer de Managua.
Sus manos se han puesto duras por apretar, inflar y sostener la barra con las que también prepara los alimentos y gracias a su voluntad de no quedarse de brazos cruzados sacó adelante a sus 10 hijos.
Contó a Tu Nueva Radio Ya que su ex pareja tenía una vulcanizadora y al faltar uno de sus trabajadores le tocaba a ella cambiar o reparar alguna llanta, dependiendo de la demanda del cliente.
Doña María dijo que el padre de sus hijos fue muy violento por lo que terminó dejándolo, y se dedicó a ser madre y padre.
La mujer se logró instalar hace 33 años en el barrio Bóer donde ha tenido que lidiar con muchas críticas de las mismas mujeres que al arrimarse a su negocio le piden que el servicio lo hago un caballero, por lo que muy digna y valiente demuestra sus destrezas.
«A veces es difícil que se dejen atender por una mujer, pero cuando se dan cuenta el buen trabajo que les hago, los clientes regresan», manifestó.
Sus 10 hijos se bachilleraron y siguieron los pasos de su madre, y hoy los clientes también encuentran servicios de mecánica.
A Doña María le encanta bailar, cantar y nos confesó que más que fuerza para cambiar una llanta se necesita «maña» para lidiar con los neumáticos difíciles.
No se limiten
Finalmente Doña María dijo que como todo trabajo de vulcanizadora tiene sus riesgos, pues el carro puede caer encima, entre otros gajes del oficio pero ella es un gran ejemplo de mujer que no se limita ante un oficio considerado propio de los varones.