Con la mayor emoción de su vida, la ancianita Jacinta Obando, de 98 años de edad, por fin pudo reencontrarse este viernes, con su hija Carmen Murillo Obando, de quien fue separada hace 73 años.
Doña Jacinta, quien habita en el barrio Concepción de María, de Managua, perdió a su hija en la década de los 40, cuando salió huyendo de una finca de La Libertad, Chontales, debido a la violencia que sufrió de parte de su marido, Félix Pedro Murillo, y de su suegra Juana Murillo.
Explicó que una noche, después de que Félix Pedro le desencajó la mandíbula golpes, salió huyendo con su tierna Isabel Murillo y con Carmencita, quien tenía 3 años, pero en el camino les salió un tigre por lo que tuvo que regresarse a la finca, y entregar a la cocinera a su hija mayor.
Seguidamente se fue en busca de refugio, para el siguiente día mandó a un hermano a traer a Carmencita, pero su suegra le impidió llevársela y a pesar que la buscó otras veces, le fue imposible recuperarla, pues Félix Pedro la amenazó con matarla si se la llevaba.
Posteriormente Carmencita fue llevada al barrio Las Piedras en la ciudad de Rivas, por su abuela Juana Murillo, quien luego falleció, terminando de ser criada por una amiga de la señora.
Después Carmencita fue llevada a Estados Unidos donde vivió 10 años, y en aquél lugar una persona le dijo que su madre la estaba buscando y tras comprobarse que se trataba de ella, se logró el reencuentro.
“Ya estoy aquí, tranquila”, dijo doña Carmen Murillo, al abrazar a su madre después de 73 años de separación. Lamentablemente la ancianita le dijo estoy feliz por estar vos, aunque “ya no te puedo ver, porque ya estoy quedando ciega”.