La otra semana sigue juicio contra involucrados en crimen de «sanmarqueño» por encargo de nefasta esposa

El próximo martes continuará el juicio contra dos hombres y dos mujeres originarios de Managua, quienes fueron acusados por el asesinato a balazos de Paúl de la Trinidad Hernández Rocha, de 60 años, perpetrado por encargo de su esposa, en San Marcos, Carazo, el pasado 24 de abril.

En la primera audiencia del juicio realizada por el doctor Félix Ernesto Salmerón Moreno, Juez Quinto Distrito Penal de Juicio de Managua, se destacó que quien planificó el crimen del “sanmarqueño” fue su cónyuge, Verónica María Silva Bravo, quien logró huir del país y ya fue circulada con la Interpol.

En la acusación presentada por la Fiscalía, se señaló al sujeto Fabricio Edmundo López Corea, como autor directo de los disparos que acabaron con la vida de don Paúl Hernández cuando estaba abriendo el portón de su casa ubicada en el tramo de la carretera entre San Marcos y Las Cuatro Esquinas.

Los otros acusados por el crimen son Katherine Guadalupe Osorio Moreno, de 21 años, señalada como cómplice; Christopher Santamaría, y su pareja Angélica Hernández Arteaga, sobrina del asesinado Paúl Hernández, quienes fueron calificados como colaboradores necesarios del delito de parricidio.

En la audiencia inicial dos testigos incriminaron con sus relatos a Katherine Osorio, sobrina de la prófuga Verónica Silva, y a Fabricio López, como las personas que los contactaron y ofrecieron dinero para llevar a cabo el asesinato.

Uno de los testigos aseguró ante el juez que Fabricio López decidió ejecutar el crimen porque un hombre a quien buscaron como sicario declinó participar en el mismo.

Otra prueba presentada por la Fiscalía fue el recorrido captado por el GPS de un vehículo rentado por los involucrados en el crimen, el cual el día del hecho registró movimientos en San Marcos, Carazo, y el sector del mercado de Mayoreo, donde habitaban dos de los detenidos.

En este caso destacó el descaro total de la esposa Verónica Silva, su sobrina Katherine Osorio, y la sobrina de don Paul, Angélica Hernández Arteaga, quienes luego del crimen fueron a la vela y hasta lo lloraron en el entierro.

Se afirma que Verónica María Silva Bravo decidió ofrecer cuatro mil dólares por el crimen de su esposo, en la búsqueda por apoderarse de los bienes compartidos, incluida la finca donde habitaban ubicada en el San Marcos, Carazo.

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