Una joven nicaragüense que escapó del Night Club Lexus, de Guatemala, relató la pesadilla que vivió tras ser engañada por Ángela Fonseca García, alias “La Changa”, de 48 años, una mujer que llegaba a vender ropa a su casa en Nueva Segovia, quien logró convencerla de irse al país chapín a “trabajar cuidando niños”, pero que al final la vendió en un burdel.
Según la joven, en aquel lugar fue testigo del asesinato de una joven de Ocotal, a quien le cortaron la cabeza y los brazos, lo que luego pusieron en bolsas plásticas y la tiraron basurero.
El crimen ocurrido entre abril y junio fue en represalia porque la joven ocotaleana se negó a salir a bailar en el tubo, algo que debían cumplir cada noche, además de drogarse y prostituirse.
La testigo dijo que los dueños del negocio cometieron el crimen como ejemplo para el resto de las muchachas que estaban recluidas en el antro de prostitución.
“Nosotras nos llenamos de más miedo y nos colocamos en una esquina, porque a la muchacha le cortaron un brazos y la cabeza. La metieron en bolsas negras y luego en un barril de basura”, relató la segoviana.
La segoviana no reveló el nombre de la joven asesinada, indicando que se lo daría a la policía de Ocotal para que investiguen con las autoridades chapinas y avisen a los padres de la víctima, los que aún no saben del triste final de su pariente.
Agregó que tras escapar del lugar por un segundo piso logró abordar un bus que la llevó a la frontera con Honduras y luego viajó a Nicaragua.
Explicó que logró salir del lugar junto a otra joven y mostró un álbum con fotos de otras jovencitas con poca ropa y maquilladas, el cual era utilizado por los proxenetas, para ofrecerlas a los clientes.
Las fotos las mostraban los proxenetas a los clientes para ponernos en venta, sobre todo hacen eso con las nuevas, luego nos daban dosis de cocaína con las que nos drogaban, agregó.
Allí estábamos como 26 muchachas, entre ellas cinco hondureñas. De estas había una que apenas iba a cumplir 17 años, que pasaba llorando por estar encerrada y sometida, detalló.
Señaló que en varias ocasiones llegó la policía y de inmediato eran llevadas a un cuarto de la segunda planta, donde las escondían y cuando las autoridades se iban volvían al negocio.
La joven dijo que Ángela Fonseca García se dedicaba a llevar muchachas a Guatemala, con apoyo del chapín Marlon Estuardo Osorio, de 20 años, quienes están siendo procesados judicialmente en Nueva Segovia.
Para sacar a las jóvenes del país las montaban en buses con sus cédulas y les orientaban sentarse en sillas separadas. Puestas en Guatemala, las subían a un taxi que les llevaba directo al prostíbulo en donde las vendían.