Cristóbal Blandón Lagos, de 36 años de edad, pereció minutos después de tomarse una pastilla fosfina porque su amante ya no quería más nada con él.
El hecho ocurrió en la Rica Yali, departamento de Jinotega. Según sus familiares convivía con su esposa pero se enamoró de otra mujer la cual no fue identificada.
La pareja tuvo algunas diferencias y finalmente la amante de Cristóbal lo mando a volar y sumergido en la depresión no dudo en privarse de su existencia.
Otro Jinotegano que cegado por sus sentimientos prefirió tomar la fatal decisión de tomarse una pastilla de Gramoxone fue Juan Gutiérrez, de 34 años.
Juan era habitante del Cua Bocay.