En sala de cuidados intensivos del hospital Victoria Mota, en Jinotega, murió esta madrugada, el ciudadano Carlos Centeno Jarquín, de 47 años, quien se tragó una pastilla para curar frijoles por motivos que se llevó a la tumba.
Centeno Jarquín se tragó la mal llamada “pastilla del amor” la noche de ayer sábado, cuando estaba en su casa en el barrio San Isidro, en Jinotega, y a pesar del cuidado médico, este primero de enero emprendió el viaje al otro mundo.