María Hernández, de 36 años de edad, decidió quitarse la vida ingiriendo gramoxone en su vivienda en Pantasma, departamento de Jinotega.
Con la esperanza de salvarle la vida sus familiares la trasladaron a un centro asistencial de la zona de donde fue remitida al hospital Victoria Mota, pero los médicos informaron que ya no tenía signos vitales.
Los motivos que la llevaron a tomar esa fatal decisión se desconocen, dijeron sus parientes más cercanos.