Un hombre de apellido Bellorín, de 37 años de edad, decidió acabar con su vida mediante la asfixia mecánica en la casa que habitaba en el barrio Pueblos Unidos, en Ocotal, Nueva Segovia.
El cuerpo sin vida del infortunado fue descubierto por sus parientes dentro del cuarto en donde dormía.
Los familiares del hombre afirmaron que desconocen los motivos que pudieron inducirlo a tomar la errada decisión de terminar con su existencia.
Al lugar se presentaron agentes de la Policía Nacional para realizar investigaciones y descartar mano criminal.
El fallecido era el hijo mayor de un pastor evangélico quien lamentó con mucho dolor la partida de su primogénito.