Aún con los pelos de punta, don Margarito relató que a las 2 de la mañana, su esposa salió al patio y miró el bulto de una mujer con aspecto de mona escarbando la propiedad, y luego desapareció.
Fue hasta en horas de la mañana, que al ver la tierra removida, don Margarita Peralta hizo el hueco y encontró un muñeco con agujas clavadas en los ojos y en la cara, junto a una envoltura negra llena de alfileres con una invocación a Lucifer pidiendo la destrucción de la familia Peralta.
El afectado relató que esta es la segunda vez en el año que encuentra un entierro en su vivienda, por lo que procedió a ponerse guantes para eliminar el maleficio e iniciar una jornada de oración familiar.