Un hombre de apellidos Martínez Marenco, de 35 años de edad, se privó de su existencia en la casa que habitaba cerca de la Casa Ricardo Morales Avilés, en el mercado Oriental, la tarde de este martes.
Cazadores de noticias que habitan en el sector dijeron que a eso de las dos de la tarde, Martínez se despidió de su mamá y le dijo “Te quiero mucho…. Me tomé una pastilla de curar frijoles”. Luego aseguró que se sentía mareado y con dolor en el estómago.
Poco después el hombre falleció dentro de su vivienda ante la mirada impotente de su progenitora y resto de familiares, ya que aunque los vecinos trataron de ayudarlo, no pudieron hacer nada para salvarlo.
Algunos vecinos dijeron que Martínez trabajaba como reciclador de cartones y creen que se quitó la vida por depresión ya que supuestamente su esposa tenía diez días de haberse ido de la casa.
Al lugar se presentaron agentes policiales quienes conocieron la versión por parte de la familia del fallecido.
Por otra parte, de la iglesia El Calvario una cuadra abajo, una al sur y media abajo, en el corazón del Oriental, la mañana de este lunes cayó muerto en un callejón un indigente de identidad desconocida, quien siempre era visto empinando el codo como contratado.
Al ver al infortunado picadito inerte en el suelo bajo el inclemente sol, personas que laboran en el sector procedieron a taparlo con un plástico negro, y ante el llamado de los comerciantes del sector, al sitio llegaron agentes de la Policía y personal de Medicina Legal que trasladó el cuerpo a la morgue.