Por causas que se desconocen, el campesino Pablo Benito Joya Herrera, de 30 años de edad, fue asesinado a golpes en la parte trasera de la cabeza y la frente en la comarca Sacalaguas, en Wiwilí, Jinotega.
El crimen sucedió en los potreros de la finca de Arturo Blandón, en donde sujetos desconocidos atacaron a Pablo Benito, quien según el forense Anyolth Rizo, falleció por trauma craneoencefálico severo.