Dos nicas de apellidos Juárez y Rivera Ortiz fueron expulsados de Costa Rica, luego de cumplir sentencias por los delitos de transporte de drogas, resistencia agravada y homicidio calificado en grado tentativa.
Juárez cumplió cinco años y cuatro meses de cárcel; tenía el estatus de residente permanente, pero tras su expulsión, la Dirección General de Migración y Extranjería le impuso la prohibición de entrar a Costa Rica durante los próximos 10 años.
Por su parte, Rivera Ortiz cumplió 15 años de prisión, y aunque también tenía residencia permanente, se le impuso la prohibición de entrar a Costa Rica por 25 años.