Sin ningún golpe resultó Osman Cerritos, conductor de una rastra, quien perdió el control y termino volcándose a un lado de la carretera Panamericana Norte, exactamente en el sector de la temible cuesta Cucamonga, en Estelí.
El experimentado hombre del volante no salía del asombro de no tener ningún golpe y dijo que solo pudo ser un milagro de Dios que lo protegió para que no se convirtiera en las estadísticas mortales de accidentes de tránsito.
Osman Cerritos se dirigía hacia el país de Honduras y trasportaba en la rastra perlines; pero cuando circulaba por una de las curvas el automotor pesado ya no le respondieron los frenos.